Este fin de semana he estado en un taller organizado por Meta escola e impartido por Franz Ruppert sobre “Trauma y la constelación de la identidad”.
Mucha intensidad y profundidad en los trabajos de los participantes que han constelado. Se ha mostrado el dolor, el miedo, la rabia, la paralización… Hemos visto como la psique del ser humano se fragmenta cuando sentir es demasiado y que esto incluso puede ocurrir en la etapa intrauterina.
Me doy cuenta como unas horas después aparece en mí una reacción, una estrategia de supervivencia. Quiero recordar y enfatizar uno de los mensajes que hemos recibido en este taller y está relacionado con el SÍ, con el SÍ QUIERO. Dejo a un lado el trauma, las relaciones entre víctimas y perpetradores para mirar en otro momento quizás y me centro en la vida hoy.
Franz ha dicho frases como “Cuando el óvulo y el esperma se unen hay un gran sí” y nos anima a conectar con este sí original. Es un sí a estar vivo, un sí al YO.
Presenta la estructura “YO QUIERO” como la más importante para nosotros en cuanto a la identidad. Al poder de ser. A tomar nuestras vivencias. Si no sabes lo que has vivido no sabes quién eres. ¿Quién eres tú sin tu biografía?
Construimos la vida sobre el “yo quiero”, si nos falta nos perdemos en el mundo exterior, en las relaciones, no podemos poner límites y lo de fuera ocupa nuestro centro.
Necesitamos un Yo como punto de referencia interno. Un Yo desde el cual relacionarse. Porque sin un Yo ¿Cómo sabes quién es el otro?
Desde fuera quizás puede llegar un NO, o más de uno; lo importante es que a nosotros nos digamos SÍ, evitando perdernos en el otro.
Y quiero acabar recordando que la vida ya nos ha dado un SÍ, una bendición o cómo tú lo quieras llamar, porque estamos aquí hoy a pesar y gracias a lo vivido.
YO ME DIGO SÍ A MÍ MISMA, lo sé es una frase redundante, YO LA QUIERO ASÍ.