Desde el año pasado 2020, en plena pandemia y después de algunos años de alquilar y compartir despacho con otros terapeutas, surgió una semilla en el equipo de Tu Libertad Interior, tener nuestro propio espacio. Llegó como un soplo de aire fresco que fue creciendo en nosotros y que se materializó recorriendo las calles del barrio en busca de un lugar que sentíamos que nos estaba esperando. Una mañana del mes de marzo, volviendo de dar un paseo nos fijamos en un cartel que leía “despacho en alquiler”. Habíamos visto muchos, y algo en éste nos llamó la atención de una manera diferente. Contactamos para concertar una cita, nos gustó su ubicación, su distribución y la persona que nos atendió. Días después pedimos una nueva cita para ir con un técnico de reformas e interiorismo. Y entonces ocurrió eso que a veces sientes muy dentro de ti de forma inequívoca, esa voz interior que te dice “este es el espacio”.
Y entonces se hizo posible, todo sucedió muy rápido, como cuando estás en sintonía con la vida y todo fluye de forma natural y amable. El trato con la agencia, la negociación del contrato, el proceso de la obra, la obtención de la licencia. Lo estamos transformando paso a paso en la imagen que tenemos en un lugar remoto de nuestras mentes desde hace mucho tiempo y que ahora aflora a la superficie para hacerse realidad. Durante el proceso han aparecido recuerdos, fotos, objetos y cuadros con sentimientos y vínculos profundos de nuestra historia como personas y como terapeutas que ahora lucirán y decorarán las paredes de lo que ha de ser el nuevo espacio de este proyecto, nuestro propio espacio terapéutico de Tu Libertad Interior.