Todo ha sido creado mediante la luz, en ella se conserva y se reproduce la forma. Las vibraciones de la luz son el principio del movimiento universal. En el universo, los soles se conectan entre sí tejiendo sus rayos de luz como cadenas eléctricas. Los humanos somos organismos de luz como los soles y podemos comunicarnos entre nosotr@s mediante cadenas electromagnéticas que se mueven entre unas y otros por, el asco, odio, la simpatía, curiosidad o la atracción que nos crean los demás seres. Sería maravilloso poder ver las ondas de vibración que emitimos, quizás así identificaríamos el estado de ánimo y las emociones de otra persona hacia nosotros. La física cuántica ya nos ha demostrado que la luz es el componente básico del campo electromagnético y los seres humanos somos organismos electromagnéticos constituidos por campos energéticos que contienen luz visible e invisible. Nuestros circuitos energéticos pueden modificarse mediante procesos de resonancia para alcanzar ciertos niveles de regeneración o curación, incluso mejorar nuestro estado físico y emocional en el envejecimiento. En mi opinión y, en gran parte gracias a la física cuántica, cada día que pasa, la ciencia y el espíritu están más cercanos una de otro.
Si miramos hacia atrás en nuestra historia occidental, nos encontramos con la paradoja del bien y del mal. Los separamos como opuestos cuando los dos vienen y van a parar al mismo lugar. Lucifer viene de la palabra luz, es el lucero y significa “el portador de la luz”. Pensar que Lucifer es el ángel caído expulsado del cielo son alegorías sobre algo que está simplemente en nuestras creencias por la cultura cristiana que hemos vivido durante los últimos 2000 años. La realidad es que lucifer es la luz soberana que baja del cielo por el chakra corona hacia el chakra raíz, el Muladhara. Lucifer es la serpiente que desciende por nuestra Kundalini. En cambio, la luz ascendente de Cristo desde el Mulahdara, chakra terrenal donde sentimos el dolor, las experiencias y los pecados que cometemos, ascienden al chakra corona y de ahí a la resurrección hacia el cielo. Cristo es la serpiente que asciende por nuestra kundalini. Asociamos Lucifer a la maldad porque es la luz que desciende hacia el infierno igual que asociamos Cristo con bondad porque es la luz que nos conduce al cielo. Prescindiendo de nombres y creencias estos dos movimientos de la luz dentro de nuestros organismos y del cuerpo universal son necesarios para nosotros y para el universo. Es un movimiento esencial para nuestro bienestar y felicidad ya que ésta no es una emoción, es un estado del propio ser. La palabra karma a menudo no se entiende bien en occidente ya que se interpreta como concepto de nuestro destino. En realidad, en sánscrito, este término significa “acción” y hace referencia a aquellos actos que generan un destino, y no al destino en sí mismo. Son nuestras acciones las que determinan en que frecuencias de energía vibramos. Como bien dijo Nikola Tesla si quieres entender el universo, piensa en términos de frecuencia, energía y vibración.
Sergi Regàs Antherieu
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