Despierto las manos y el corazón en la práctica de yoga.
En mis clases de yoga trabajamos todo el cuerpo en cada sesión. Movilizamos, desperezamos, activamos, fortalecemos, calmamos y además suele haber un objetivo o una idea de fondo sea preparar al cuerpo para realizar una postura con integridad o fortalecer piernas o liberar las caderas… Ya sabéis.
En estos meses formaciones recibidas con miradas diferentes a las complejidades y maravillas del ser humano empiezan a enlazarse de manera fácil, casi sin proponérmelo.
Así, esta mañana leía:
“La meditación es un ejercicio agradable y espontáneo. Es una manera continua de hacerte amigo de ti mismo. No puedes limitarte a guardar esa amistad dentro de ti: has de darle salida; es tu relación con el mundo. Así, la compasión se convierte en un puente con el mundo exterior. La confianza y la compasión de uno mismo proporcionan la inspiración para vibrar con la vida, para comunicarse con las energías del mundo“
Arthur Janov nac.1924
Y he pensado enseguida en Anahata chakra. Si yo no me gusto, ¿cómo voy a relacionarme con los demás? Si me cuido, si me ocupo de llenar mi corazón tendré materia y disponibilidad para crear puentes hacia el exterior. Pero si sólo estoy por los demás… yo me pierdo.
“No se puede apagar la sed de otra persona si se tiene el vaso vacío”
Christiane Northrup
Me coloco las manos en la zona del pecho y siento que sí, es mi inspiración para las clases de esta semana, sean Vinyasa o Yin. Recorro con mis manos toda la zona del pecho, zona dolorosa cuando nos duele el alma, y sigo por la parte interna de los brazos. Recuerdo el trayecto de los meridianos según la Medicina Tradicional China, corazón, pericardio y pulmón.
Y si presto atención a la parte interna del brazo como principio básico anatómico lo haré también a la externa, intestino grueso, delgado y triple calentador. Las manos, brazos, hombros, escápulas, costillas, toda la zona alta de la espalda agradecerá el trabajo. ¡Cuánta tensión en esta zona!
Liberando y llenando. Trabajamos a nivel físico y energético. Todo está relacionado, a estas alturas, ¿quién lo duda?

toda la máquina conectada
Me dispongo a sentir la vida plenamente.
Me relaciono en equilibrio
entre el dar y recibir,
entre la rabia y el amor,
entre la alegría y la serenidad.
Te espero en la esterilla. Horarios