La consciencia de uno mismo es un proceso vivo.
Ser persona no es algo fijo ni quieto, tiene que ver más con un proceso dinámico, “hacerse persona”.
Puede ser que a veces te cuestiones tu forma de vida, quién eres y cómo eres. Esta inquietud puede llevarte a sentir incertidumbre, desasosiego y también esperanza y oportunidad.
“Puedo tomar cartas en el asunto y ocuparme de mi segunda educación”
Lo que soy es todo lo que tengo.
Para emprender el camino del auto-conocimiento es de gran ayuda colocarse internamente en un lugar de curiosidad, aceptación y a distancia del juicio. ¿Sencillo?
No voy a responder, tú ya lo has hecho ¿Cierto?
Algunas persones apenas han cultivado la curiosidad, incluso hay refranes populares orientados a frenarla “la curiosidad mató al gato”. Yo suelo ver a los gatos como seres libres y conectados con su ritmo interno, aunque quizás es una imagen muy personal por mi experiencia emocional con una gata que contribuyó a mi proceso de convertirme en persona.
foto de unas baldosas en carrer dels Capellans, 12 – Barcelona. Al final de esta entrada verás la imagen que crean.
El sentir, el pensar y el hacer crea nuestra forma corporal.
¿Qué quiero decir con crear nuestra forma corporal? Me explico, puede ser que quiera alcanzar algo y al mismo tiempo me retraigo. ¿Has sentido esto alguna vez?
La experiencia ocurre en la mente y también en el cuerpo, hay un conflicto entre dos polos. Así la experiencia somática de incoherencia puede provocar que me recoja y luego sea más complejo para mi expandirme o que me quede bloqueada en una gran extensión, es decir, en un movimiento de apertura rígido.
La forma de cada cuerpo es el resultado del intento de amar y ser amado.
Nuestra estructura corporal es un «collage” único.
más baldosas
¿Tienes que actualizar el software?
En el descubrimiento de uno mismo va de la mano la conciencia corporal, las emociones, los pensamientos y la parte más inconsciente y negada, que nos interesa para poder evolucionar o re-educarnos o acercarnos a quienes realmente somos.
Cada uno de nosotros tiene instalado un software individual que hemos ido creando desde el inicio de nuestra vida a partir de las decisiones, reacciones a nuestras propias sensaciones, a estímulos externos, de forma inconsciente generalmente y siempre con una clara prioridad; sobrevivir.
Un ejemplo: un bebé siente una incomodidad, precisa que le cambien el pañal y llora. Puede ser que mamá (o cuidador/a) se acerque y con una voz suave y amorosa le diga que todo está bien y dé respuesta a sus necesidades poniéndole un pañal seco. El bebé registra la información como “mamá me cuida, me siento seguro y tranquilo”
¿Se te ocurren otras opciones? La voz puede ser brusca, puede haber silencio, incluso puede no haber respuesta alguna de mamá/papá. Así el bebé podrá ir tomando decisiones: seguir llorando, callar… y también aparecerán conclusiones “no sirve de nada expresar” “mis necesidades no son escuchadas” “molesto” “no hay nadie para mí”. Así vamos generando creencias y alimentando patrones de bienestar o de defensa, de tensión o desconfianza.
El software generado se traduce en un diálogo interno concreto, en una vivencia corporal y en pautas de acción y reacción.
Las vivencias y sus mensajes: “estoy en desventaja” o “si estoy mal, es culpa tuya” o “no hay nada que hacer” o “todo está perdido” o una sensación de libertad interna que se traduce en bienestar y confianza “todo va bien”, ”soy bienvenido” .
Respiración a respiración vamos creando sentimientos hacia nosotros mismos que clasificamos en estar bien o en estar mal.
Estamos en un constante intercambio emocional incluso cuando pretendamos aislarnos.
Estoy convencida de que la vida es algo más que ejecutar esa programación social, familiar e individual. Desde ese ser único que somos podemos auto-realizarnos.
Traer conciencia a mí mismo, aceptarme y mirarme con nuevos ojos. ¿Qué es lo que nunca ha sido visto en mí? ¿A qué puedo dar espacio sin riesgo de sentirme rechazado, no entendido o juzgado?
autor: Anna Gómez Quero
este es el resultado «Wall Kiss Mosaic»
