Me da la sensación de que hablar de cualidades como sutilidad o sencillez no es algo tan simple como aparenta, cuanto más lo razono, más me doy cuenta de que son algo complejo de percibir, de alcanzar. Si las entiendes y puedes sentirte bien con ellas, quizás ya no haya vuelta atrás para ti. A nivel humano la sencillez es un valor consciente que nos aporta la perspectiva horizontal del trato con los demás. Sintiendo que las personas merecen nuestro respeto y un trato amable sin importar quienes sean, de donde vengan, cómo se vistan, el estatus social en el que se encuentran, su éxito laboral o su prestigio social y económico. Si nos adentramos en ella es posible que algo se transforme en nuestras relaciones interpersonales, encontrando humildad y empatía en nuestro interior. Lo deseable de una situación o de una relación no se desliga de lo viable ni de lo factible, ya no hay espacio para la ostentación, para alardear, demostrar o crear mitos a nuestro alrededor. Todo pasa a formar parte de un ciclo más cómodo, más natural y pausado, disfrutando de las pequeñas cosas y expresando lo que sentimos y pensamos de una forma más directa y simple.
A veces me encuentro con personas de hermosa sencillez y sutileza, esas personas que cuando hablas con ellas te das cuenta de que te escuchan sin generar ningún esfuerzo por hacerlo y parecen ser capaces de entender el sentido profundo y oculto en tus palabras. Si te responden, hay algo en ese retorno que denota una intención de evitar herir tus emociones y el mensaje de lo que desean expresar te llega alto y claro. Da igual si hablan con alguien hipersensible o más bien rudo, ellas encuentran la manera de mantener la fluidez en el diálogo. Es como si tuvieran un sensor que detecta los estados de ánimo o la manera de ser de la otra persona. Saben cómo mantener una conversación sin crear algún tipo de conflicto, incluso en situaciones delicadas y sin dejar de ser como son, ni intentar agradar. Y yo contemplo fascinado y aprendo como un niño pequeño en la escuela de la vida porque cuando observo a estas personas me doy cuenta que sus movimientos son suaves y gráciles, se mueven dentro de un molde de gentileza y elegancia innata. Posiblemente, muchas de ellas no sean conscientes de su nivel de inteligencia emocional y de cuanta belleza atesoran como seres human@s.